Ribadelago – Cañón del Tera – Lago de la Cueva de San Martín – Senda de los Monjes
Siguiendo el desvío en Ribadelago, llegamos a una especie de parking habilitado para realizar la ruta, donde encontramos un cartel informativo y un gran lago. La primera parte de la ruta es muy cómoda, por lo que vamos ganando metros rápidamente.
Pronto llegamos a la zona del cañón propiamente dicho, lugar donde comenzaremos a remontar el Río Tera, nuestro acompañante en las próximas 2 horas. Toda esta parte de la ruta no es cómoda de seguir, el hecho de caminar por senda iba a dar paso a un transitar entre piedras, con constantes subidas y bajadas, zonas de árboles, pequeños senderos, trepadas y grandes escalones rocosos. A pesar de no ser un andar cómodo, la ruta es espectacular y muy entretenida.
Continuamos y llegamos a la Poza de las Ninfas, un bonito lago en el Río Tera, espectacular. Las vistas comienzan a ser grandiosas y la magnitud del cañón empieza a ser notable! Continuamos trepando y subiendo a lo largo del cañón, con múltiples pozas y saltos de agua.
Seguimos un poco más allá y llegamos a un nuevo lago, de similar tamaño al anterior, seguido de un par de cascadas. Las vistas son sublimes y la altura ganada nos deja ver el pueblo de Ribadelago a lo lejos. Por esta zona, cabe destacar un par de repechos rocosos que solventamos trepando.
Llegamos a la altura del Río Tera y toca cruzarlo. Especial atención a esta parte, una de las más peligrosas de la ruta. Aún así, con atención y precaución no hay problema. Las vistas del curso del río y la erosión que ha ido formando el cañón son espectaculares. Las vistas también merecen la pena…
Caminamos ahora por el otro margen del Río Tera y visualizamos una cascada espectacular, de varios metros de caída. Unas cuantas fotos y continuamos el curso del río, con alguna trepada más.
En la parte alta de la cascada anterior encontramos un lago más, un poco más pequeño que los anteriores, pero muy bonito! En esta zona íbamos a superar la trepada más importante de la ruta, de unos 8 metros. La trepada tiene buena roca y buenos agarres, por lo que no presenta dificultades. Ojo a esta parte si se está haciendo la ruta en sentido contrario o si la roca está húmeda!
Ya en la parte más alta del cañón, llegamos a un par de lagos más, de gran belleza, y que iban a dar paso al lago más importante de la ruta. Las vistas siguen siendo excepcionales y el sonido del agua nos sigue acompañando. La ruta es espectacular y la seguimos disfrutando con creces!
Superamos toda la zona de lagos, pozas y saltos de agua y llegamos al desvío que se dirige hacia el Lago de la Cueva de San Martín. Existen dos desvíos para llegar al lago. El primero se dirige atravesando un par de puentes y el segundo por una pequeña senda entre vegetación.
Tras tomar ambos desvíos, llegamos al Lago de la Cueva de San Martín, un lago de origen glaciar espectacular! La zona es preciosa y es un lugar ideal para descansar y comer, después de todo el esfuerzo realizado. Eso hacemos! Mientras descansamos un rato, disfrutamos del entorno, de la cascada que termina en el lago, de su orilla y del bonito lugar al que hemos llegado.
La siguiente parte de la ruta no tiene desnivel. Llegamos a una pequeña cascada, donde encontramos un desvío, por el que seguimos hacia una pradera abierta. En esta pradera encontramos alguna edificación de montaña y un refugio. Las vistas y el entorno nos siguen cautivando!
Ya hemos completado casi la mitad de la ruta. La senda se vuelve ancha y cómoda, y la única dificultad sería ir salvando el desnivel que nos ofrece. Continuamos en ascenso, siendo una de las partes más durillas de la jornada, hasta llegar a la parte más alta, a más de 1.600 m. Lo mejor de esta parte, las vistas!
A partir de aquí, la ruta iba a ser soleada y en ligero descenso, por sendas claras y abiertas. Según vamos perdiendo altura, vamos encontrando zonas de mayor vegetación y más boscosas.
Seguimos 3 desvíos con atención, pues alguno está cubierto de vegetación baja, hasta llegar a la altura de la carretera que se dirige a San Martín de Castañeda.
La siguiente parte de la ruta, a lo largo de la carretera, no tiene ningún atractivo, tan sólo el entorno que nos rodea. La completamos rápidamente!
Tras un par de curvas de 180 grados, llegamos al desvío que se dirige hacia la Senda de los Monjes. El desvío se encuentra a mano izquierda y la senda comienza cruzando la carretera por debajo, a modo de túnel.
La Senda de los Monjes, en este sentido, es una senda que transcurre en fuerte descenso por un camino empedrado, pero que se completa sin mayores problemas. Es una senda sombría y muy bonita. A lo largo de ella vamos obteniendo unas vistas privilegiadas del Lago de Sanabria.
Llegamos a la altura del Arroyo de Sorribas y continuamos nuestra marcha, cruzamos un par de puentes sobre el citado arroyo.
Completada la Senda de los Monjes, llegamos al último desvío, donde giraremos hacia la derecha. En algo menos de un kilómetro estaremos de vuelta en Ribadelago, donde damos por concluida la intensa jornada!
Una ruta excepcional, muy completa y en un entorno mágico. El Cañón del Tera es mucho más bonito que el regreso, pero toda la ruta es digna de realizar. Para mí, recomendable hacer el cañón en ascenso. Mucho cuidado si hay humedad o si se realiza en época de deshielo o fuertes lluvias. La roca mojada añade un extra de peligrosidad a la ruta. Entretenida, dinámica y para disfrutar desde el principio. Es indispensable estar habituado a este tipo de terrenos y tener una cierta condición física, pues la longitud de la ruta, sus condiciones y el desnivel acumulado son factores importantes. Espectacular!
Tipo: Senderismo
Fecha: 1 de Julio de 2017
Duración: 6 h. 57 min.
Dificultad: Difícil
Distancia: 15,61 km.
Circular: Sí
Desnivel acumulado: 663 m.
Altura mínima: 1.013 m.
Altura máxima: 1.626 m.
Salsaludos, abrazos y besines!
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