Cañón de Añisclo – Cumaz – Selva Plana – La Ripareta – Cascada de Aso – Molino de Aso
En la propia ruta, completaremos dos trazados señalizados. Por un lado, haremos un primer tramo de la ruta sencilla y circular que pasa por la Ermita de San Úrbez, la Cascada de Aso y el Molino de Aso. A continuación, completaremos el Cañón de Añisclo hasta la Ripareta. Por último, finalizaremos la jornada completando el segundo tramo de la ruta inicial.
A los pocos metros de abandonar el aparcamiento, tomamos un par de desvíos a la izquierda que nos llevarán hasta el Puente de San Úrbez, un puente remodelado y en el que podemos apreciar el antiguo paso que cruzaba el Río Bellos, río que nos acompañará durante toda la jornada. En las inmediaciones del puente, encontramos un par de carteles informativos.
Continuamos por una pista sin desnivel, ancha y cómoda, con preciosas vistas hacia el estrecho valle que ha ido formando el Río Bellos. A los pocos metros, encontramos una pequeña cueva y la Ermita de San Úrbez, que visitamos, y donde también encontramos un cartel informativo.
Continuamos un poquito más y llegamos a una fuente, donde aprovechamos para llenar nuestras cantimploras, en vista de la larga y dura ruta que íbamos a completar. En este punto, la pequeña ruta circular continuaría por la izquierda, cruzando un puente, y el Cañón de Añisclo continuaría hacia la derecha, siguiendo el curso del Río Bellos. Giramos hacia el cañón, pues la ruta circular la completaríamos a la vuelta.
La primera parte del cañón avanza en ligero ascenso, pero nada importante, de manera cómoda, por un sendero ancho y muy bonito. Vamos contemplando el cercano río, con su agua cristalina y sus pequeñas cascadas. El rumor del agua nos acompañará durante todo el día.
Pronto llegamos a la primera cascada. Las formas que va dejando el paso del Río Bellos son espectaculares! Justo después de la primera cascada, cruzamos un puente que nos dejará en el margen izquierdo del río, por donde avanzaremos hasta la Ripareta, punto final elegido para nuestra ruta.
Ya por el lado izquierdo, la senda se estrecha considerablemente. El desnivel comienza a ser más notable, pero vamos ganando metros de manera rápida. Encontramos un desvío, un puente metálico sobre el Canal de la Escaliella y una cascada.
Nos encontramos cerca del primer objetivo: Cumaz. Por el camino, seguimos encontrando cascadas y pequeños saltos de agua. La belleza es sublime y la senda preciosa. Nos acompañarán ejemplares de boj, tejos, pinos, hayas y una gran variedad de árboles y arbustos.
Llegamos a Cumaz, donde haremos la primera parada. Una zona abierta y preciosa, coincidiendo con una curva del Río Bellos. Es un lugar ideal para descansar, comer, disfrutar con los más pequeños e incluso darse la vuelta si tenemos pensado hacer una variante más corta del Cañón de Añisclo, ya que a partir de aquí, la cosa se iba a poner más dura…
Habiendo disfrutado de Cumaz, proseguimos nuestra ruta hacia la Selva Plana, segundo punto interesante de la jornada. Los carteles y desvíos indican una hora para llegar, pero nada más lejos de la realidad. Creo que el Parque Nacional debería revisar este dato… No se tarda lo mismo subiendo que bajando…
Continuamos la marcha y en el primer tramo de esta parte encontramos una fuente, donde aprovechamos para coger agua, una cascada más y otro puente metálico, que cruza sobre el Barranco de la Mirona.
Superado el barranco, continuamos en ligero ascenso hasta encontrar una fuente más y varias cascadas. La zona y las vistas que nos iba regalando la ruta eran impresionantes!
La segunda parte del tramo entre Cumaz y la Selva Plana nos iba a sorprender! La senda es preciosa, pero mucho más dura, rocosa y pindia… No tiene dificultad técnica, pero si no estás acostumbrado a caminar por el monte, te podría hacer sudar la gota gorda… El punto de inicio de esta serpeante senda nos lo marcará un hermoso ejemplar de haya centenaria. Por el camino, otra cascada más y un puente sobre el Barranco Espluquetas.
Superado el tramo más pindio y duro de la jornada, llegamos a la Selva Plana, un lugar abierto y muy bonito, donde las vistas son espectaculares. Ya comienza a asomar el Macizo del Monte Perdido y demás montañas de los alrededores del Cañón de Añisclo.
A partir de aquí, el siguiente tramo, que ya nos guiará hasta la Ripareta, no tiene desnivel ni dificultades de ningún tipo. Se trata de una senda mucho más cómoda y que atraviesa un hayedo muy bonito, que en otoño tiene que ser espectacular. Varios ejemplares de hayas centenarias y un par de cascadas más harán que sigamos disfrutando de la ruta, a pesar de los kilómetros que llevamos en las piernas.
Tras superar el hayedo, llegamos a la Ripareta, donde pondremos punto final al trayecto por el Cañón de Añisclo (cabe destacar que la ruta se puede continuar mucho más allá…). La Ripareta es un lugar abierto, mucho más que Cumaz. Hay una cascada y varios saltos de agua. Un lugar ideal para hacer la parada grande, comer y disfrutar del entorno y de las vistas que nos ofrece el cañón. Eso hicimos!
Tras disfrutar de la Ripareta, avanzamos un poco más para visitar el Barranco de la Pardina, que tampoco ofrece mayor atractivo, pero bueno, estaba cerca…
Llevamos 8 o 9 kilómetros y toca regresar. La vuelta la realizaremos por el mismo camino de ida, siguiendo el curso del Río Bellos. Primero atravesando el hayedo hasta la Selva Plana, luego a lo largo del serpeante y duro sendero hasta Cumaz, y finalmente, llegando hasta el desvío con la pequeña ruta circular y en el que comenzamos el Cañón de Añisclo. Cabe destacar que entre tramo y tramo, el Parque Nacional marca una hora de recorrido. Sin embargo, a nuestro parecer, el tramo del medio entre Cumaz y la Selva Plana es mucho más duro que los otros dos, tanto para ir como para volver. Es el tramo más largo y más exigente, y se tarda más de una hora en completarse, tiempo marcado por el Parque Nacional. No deja de ser nuestra experiencia, pero no estaría de más tenerlo en cuenta…
Ya en el desvío, giramos hacia la derecha para completar el segundo tramo de la pequeña ruta circular. Nada más tomar el desvío, cruzamos un puente sobre el Río Bellos.
El camino de regreso tiene muchos atractivos. En su primer tramo, encontramos un par de miradores y un par de carteles informativos (uno en cada mirador). Las vistas que tenemos son increíbles! Varias fotos y continuamos!
Continuamos en ligero descenso y llegamos al puente metálico sobre el Barranco Biandico Aso, donde encontramos otro cartel informativo. En las inmediaciones del puente, llegamos a uno de los puntos más bonitos de la ruta, la Cascada de Aso, un precioso salto de agua!
Seguimos nuestra ruta y a los pocos metros encontramos un desvío hacia el Molino de Aso, que visitamos, un molino de propiedad privada completamente abandonado e invadido por la vegetación, pero que conserva parte de su construcción y, sin duda, mucho de su encanto.
Estamos ante la última parte de la ruta. En este tramo encontramos un cartel informativo de la Ermita de San Úrbez, que divisamos al otro lado del río. Preciosas vistas también! Seguimos un poco más, en ligero descenso, y pronto llegamos al aparcamiento de San Úrbez, punto de inicio y final de nuestra jornada.
Otra de las joyas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido: el Cañón de Añisclo. Una de las rutas más duras, pero de obligado recorrido si se desea conocer el parque en profundidad. Ruta con varios puntos en los que poder darse la vuelta, pero sin duda, llegar a la Ripareta supone conocer a fondo la mayor parte del cañón. Espectacular!
Tipo: Senderismo
Fecha: 10 de Abril de 2017
Duración: 8 h. 3 min.
Dificultad: Moderado
Distancia: 15,41 km.
Circular: Sí
Desnivel acumulado: 717 m.
Altura mínima: 900 m.
Altura máxima: 1.415 m.
Salsaludos, abrazos y besines!
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