Remolina – Cascada del Chaguazo – Túnel del Chaguazo

El otoño empieza a dejarse ver en los bosques de la Montaña Oriental Leonesa, y buena prueba de ello es el entorno que rodea al pequeño pueblo de Remolina, un paraíso de hayedos y agrestes cumbres que nos invitan a conocer uno de los rincones más desconocidos y bonitos de la provincia de León, la Cascada del Chaguazo y el Túnel del Chaguazo. Familia al completo y en compañía de Diego, Laura y Yago, nos vamos a disfrutar del colorido de los bosques!

Descripción

En el mismo parking, encontramos un cartel informativo, perfecto para hacerse una idea de la zona. Debemos empezar a caminar hacia Remolina, pueblo que cruzaremos hacia el sur. En Remolina tendremos una fuente, por si queremos rellenar nuestras cantimploras antes de empezar la ruta.

Cartel informativo

Remolina

Fuente de Remolina

Saliendo del pueblo por el sur, hacia el valle que forma el Arroyo de Cabreros, cruzamos un puente y seguimos un desvío hacia la izquierda, con el fin de tomar la pista que se irá adentrando en el citado valle.

Cruzamos un puente

Desvío hacia la izquierda

En suave ascenso, nos vamos acercando a un pequeño estrechamiento, lugar donde cruzamos un puente sobre el Arroyo de Cabreros y en el que disfrutamos de una pequeña cascada. El entorno es fantástico y el otoño ya se deja ver! Los hayedos, al fondo del valle, lucen hermosos! Debemos seguir un desvío más, siempre continuando por la senda principal.

Puente sobre el Arroyo de Cabreros

Cascada

Continuamos por la senda principal

Tras completar un kilómetro y medio, llegamos al desvío en el que iniciaremos el tramo circular de la ruta. Por el camino principal regresaremos, así que giramos hacia la derecha para poner el rumbo en los principales atractivos de la jornada, la Cascada del Chaguazo y el Túnel del Chaguazo. El desvío se encuentra perfectamente señalizado.

Desvío hacia la Cascada del Chaguazo y el Túnel del Chaguazo

La ruta cambia radicalmente, caminando ahora por un estrecho y sinuoso sendero. Cruzamos el Arroyo de Llanurdial y nos vamos adentrando en un hayedo espectacular. Dafne y Yago son los primeros!

Yago se dispone a cruzar el Arroyo de Llanurdial

Entrando en el hayedo

Dafne es la primera

Un bosque espectacular

Entre hayas, la dificultad de la ruta cambia ligeramente. La exigencia es mucho mayor, pues siempre iremos remontando el valle, combinando zonas más tranquilas con zonas más pindias. La ruta se encuentra correctamente hitada y no ofrece mucha pérdida, pues siempre iremos paralelos al Arroyo de Llanurdial. Vamos disfrutando de un bosque y unos ejemplares de haya preciosos!

Haya centenario

El hayedo es precioso

Superada una de las partes más inclinadas de la ruta, llegamos al rincón en el que se encuentra la Cascada del Chaguazo. Nuestra sorpresa llegó cuando nos dimos cuenta de que el arroyo bajaba completamente seco en este punto. Ni una gota por el paredón que da vida a la cascada! Eso sí, el lugar es espectacular!

A pesar de encontrar la Cascada del Chaguazo seca, el lugar es precioso

Cruzamos nuevamente el Arroyo de Llanurdial y continuamos ganando altura por el bosque. Otro haya espectacular!

Arroyo de Llanurdial

Subiendo hacia el Túnel del Chaguazo

De pronto, aparece el bonito Túnel del Chaguazo, por donde tendremos que pasar para superar la parte más encajonada de la ruta y seguir remontando el valle. Los más pequeños están disfrutando muchísimo!

Túnel del Chaguazo

Volvemos a contemplar el precioso paraje por el que estamos caminando. Nos sorprende otro haya espectacular! Seguimos unos pasos más por el margen derecho del arroyo hasta llegar a otro pequeño estrechamiento, punto en el que debemos volver a cruzar el Arroyo de Llanurdial. Con mucha precaución con los niños, que la zona no es muy cómoda de caminar, vamos ascendiendo hasta llegar a otra pequeña cascada. Apenas un hilo de agua, así que seguimos!

Haya

Cambiamos de orilla con la debida precaución

Cascada

Superada la zona más exigente y delicada de la ruta, continuamos remontando el valle para conectar con la senda que nos devolverá al valle que forma el Arroyo de Cabreros. La inclinación suaviza considerablemente y el grupo vuelve a disfrutar del espectacular hayedo que estamos atravesando. Tendremos que cruzar el Arroyo de Llanurdial en varias ocasiones (precaución y mucho cuidado en época de deshielo) mientras seguimos disfrutando de hayas de gran porte y de una pequeña cueva que vemos en la ladera de la izquierda. También aprovechamos para comer algo y descansar, que todavía queda ruta!

Volvemos a cruzar el arroyo en otra zona algo delicada

Dafne remontando el valle

Siempre muy cerca del Arroyo de Llanurdial

Cruzamos el arroyo nuevamente

Haya

Cueva

Los más pequeños marcan lo que van viendo

Completado este espectacular y entretenido tramo, volvemos a cruzar el Arroyo de Llanurdial y conectamos con una senda ancha y sin complicaciones. Esta senda, a media ladera, nos llevará directamente a la pista por la que fuimos avanzando a lo largo del Arroyo de Cabreros.

Cruzamos el Arroyo de Llanurdial y conectamos con la senda que desciende hacia el valle

Primero en suave ascenso y luego en descenso, la senda nos irá regalando unas vistas preciosas del valle. Podemos divisar una de las montañas más espectaculares de la zona, Peñas Pintas. También vemos un roble digno de admirar y otro curioso haya! Nos sorprende la lluvia, toca incrementar el ritmo!

Un roble impresionante

Panorámica hacia Remolina y Peñas Pintas, al fondo

Haya

Completado este pequeño tramo, llegamos a la altura de la senda que remonta el valle que forma el Arroyo de Cabreros. En este punto, nos desviamos hacia la izquierda para continuar en suave descenso hacia Remolina. Enseguida encontramos la Fuente Jamienta, perfecta si queremos reponer agua!

Giramos hacia la izquierda

Fuente Jamienta

Nos quedan unos dos kilómetros de tranquilo descenso, disfrutando nuevamente del valle y de las vistas que tenemos. El paisaje es para contemplarlo y eso estamos haciendo, incluso lloviendo a ratines! Tendremos que pasar nuevamente a la altura del desvío que tomamos hacia la Cascada del Chaguazo y el Túnel del Chaguazo, caminando a partir de aquí por camino conocido.

Sabri finalizando la ruta

Finalmente, tras completar el recorrido a lo largo del valle, llegamos nuevamente a Remolina, donde sólo tendremos que cruzar el pueblo y llegar al parking en el que dejamos el coche, dando por concluida la ruta.

Conclusión

Preciosa circular por el entorno de Remolina y disfrutando de uno de los rincones más bonitos de la Montaña Oriental Leonesa. La Cascada del Chaguazo y el Túnel del Chaguazo serán atractivos lo suficientemente interesantes como para venir aquí y perderse durante varias horas. Ruta de dificultad moderada y en la que tendremos que prestar mucha más atención si el Arroyo de Llanurdial baja crecido. Espectacular en otoño por el colorido del bosque y en primavera por el caudal del arroyo y la Cascada del Chaguazo, aunque seguro que añade cierto compromiso a la hora de ir cruzando el arroyo. Una jornada en familia perfecta y muy entretenida! Muy recomendable!

Datos técnicos

Actividad: Senderismo
Fecha: Sábado, 16 de Octubre de 2021
Duración: 3 h 23 min
Dificultad: Moderada
Distancia: 5,29 km
Recorrido: Circular
Desnivel acumulado: 239 m
Altura mínima: 1.102 m
Altura máxima: 1.353 m
Participantes: Rubén, Sabri, Dafne, Diego, Laura y Yago
Método de Información de Excursiones (MIDE):

Mapa y Track en Wikiloc

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