Piedrasecha – Peña El Palo (1.688 m.) – Peña Los Machaos (1.806 m.) – Alto de la Viesca (1.834 m.) – Santas Martas – Desfiladero de los Calderones
La primera parte de la ruta transcurre por dicha pista forestal, sin pérdida y sin ninguna dificultad. El camino es ancho y muy cómo de transitar. Casi a los 2 kilómetros de ruta, giraremos a la derecha por una senda bastante visible para adentrarnos en un robledal. A partir de aquí, la senda se estrecha y comienza a ser más dura, superando cierto desnivel.
Atravesamos el robledal, rumbo hacia el norte y con la cara sur de la Peña El Palo siempre visible, nuestro primer objetivo. Una vez cruzado el bosque, salimos a una zona mucho más abierta y donde empezamos a encontrar los primeros hitos hacia la cima. La senda se convierte en un continuo zig-zag, siendo la parte más dura de la ruta.
Superada la parte más pindia de la ruta, llegamos a la cima de Peña El Palo (1.688 m.), siendo una de las cimas que protegen al Desfiladero de los Calderones. Desde aquí, las vistas ya empiezan a ser impresionantes, pudiendo disfrutan de las cercanas montañas de Gordón, el Pico Amargones, Pico de Santiago, la cercana Peña Los Machaos, el Embalse de Selga de Ordás, etc.
Habiendo disfrutando debidamente de las vistas, continuamos por el cordal, rumbo hacia la segunda cima, la Peña Los Machaos. La senda no tiene pérdida y está muy pisada y perfectamente indicada mediante hitos. En continuo ascenso, pronto llegamos muy cerca de la cima, a una zona de grandes rocas que iremos sorteando para llegar a la cumbre. Aquí, ya se pueden observar las primeras trincheras que nos iremos encontrando, grandes muros, nidos de ametralladora y búnkers, símbolos de la pasada Guerra Civil Española.
Superada la zona de grandes rocas, llegamos a la cima de Peña Los Machaos (1.806 m.). Desde aquí, las vistas son aún mejores, ya que nos encontramos algo más altos. Divisamos las mismas cimas que desde Peña El Palo, añadiendo nuestro principal objetivo del día: el Alto de las Viesca. Visitadas las trincheras, disfrutamos de las buenas vistas que nos ofrece la cima.
Seguimos nuestra ruta hacia el Alto de las Viesca, donde empezaremos a pisar algo de la nieve caída en los últimos días. Primeramente, descendemos hacia un pequeño collado entre ambas cimas, para luego afrontar el último repecho hacia la cima. Este último tramo se vuelve algo más pindio, siendo el último gran esfuerzo de la jornada.
Tras varios minutos de ascenso, llegamos al Alto de las Viesca (1.834 m.). Desde esta cima se nos abren unas vistas excepcionales hacia la Montaña Central Leonesa. Podemos contemplar Cerro Pedroso, Pico Feliciano, Alto del Palomar, Pico de Santiago, Pico Amargones, el pequeño pueblo de Portilla de Luna, etc. Alrededor de la cima encontramos trincheras y nidos de ametralladora, al igual que en la Peña Los Machaos. Todas las trincheras se encuentran bastante bien conservadas. Disfrutamos del lugar, de las preciosas vistas de la zona y aprovechamos para descasar y comer un poco. Cuando nos disponemos a abandonar la cima, llega un montañero que completaría la misma ruta que la que se explica.
A partir de aquí, podemos desandar la ruta hecha o realizarla circular por el Desfiladero de los Calderones, opción que elegimos. Proseguimos nuestra ruta por la arista noroeste y encontramos alguna trinchera más. Casi al final de dicha arista y en las inmediaciones de otra trinchera más, nos desviamos hacia el norte bordeando las grandes paredes verticales del Alto de la Viesca. Vamos descendiendo poco a poco, despacio y con precaución, rumbo hacia el Collado Tijero, nuestro siguiente hito en el camino.
Tras un descenso cómodo, y siempre como referencia, llegamos al Collado Tijero. Desde aquí, deberemos iniciar el descenso final por el valle hasta llegar al pueblo abandonado de Santas Martas, siguiendo el cauce del Arroyo de los Calderones. No encontramos ninguna senda evidente, tan sólo el aspecto visual del valle. No tiene pérdida porque siempre debemos ir por la parte más baja, pero la inexistencia de camino o senda, más la extensa vegetación baja que encontramos, hace que los primeros metros sean más complicados. Vamos sorteando escobas y buscando pequeños claros en el valle que vayan haciendo el camino más fácil. La nieve caída nos indica por dónde nace el Arroyo de los Calderones, por donde continuaremos.
Después de casi un kilómetro andando mientras nos peleamos con la vegetación, llegamos a una pista forestal, por la que continuaremos de manera mucho más cómoda. En esta pista encontraremos un desvío, en el que giraremos hacia la derecha para continuar por la parte baja del valle y parelelos al arroyo. Tras varios metros por la pista forestal, llegamos a Santas Martas, un pueblo abandonado del que apenas quedan un par de edificaciones. Aquí, volveremos a girar a la derecha, para adentrarnos, poco a poco, en el Desfiladero de los Calderones.
La senda se vuelve mucho más estrecha y el lugar comienza a ser espectacular. Grandes paredes rocosas y el Arroyo de los Calderones como acompañante. Podemos presenciar muchas zonas heladas, grandes chupiteles y pequeños saltos de agua. Una delicia para los sentidos!
Pronto llegamos al Desfiladero de los Calderones. Aquí, el arroyo se sumerge por el interior de una zona de grandes rocas que iremos atravesando poco a poco. El desfiladero es hermoso y nos deja unas fotos para el recuerdo. Son apenas 300 metros de ruta, pero de una belleza singular y muy entretenidos. Especial atención al cruzar el desfiladero, pues es una zona de grandes rocas y piedras en las que tendremos que caminar sobre seguro. También debemos tener especial cuidado con la época del año en la que visitemos el lugar, ya que en época de lluvias o deshielo, el río puede asomar, haciendo imposible que podamos cruzar el desfiladero sin mojarnos.
Completamos el Desfiladero de los Calderones y llegamos a la Ermita Vírgen del Manadero, una pequeña capilla rústica, enclavada en el interior de una roca y motivo de peregrinación de lugareños una vez al año. Visitada y fotografiada, continuamos hacia Piedrasecha, donde en los primeros metros encontramos la Fuente del Manadero, antigua fuente que abastecía la zona, pero que ahora se encuentra sin emanar ni una sola gota de agua.
Continuamos por la evidente senda, ya sin dificultades, y pronto llegamos al Serrón, una gran roca de varios colores, fruto del valor geológico de la zona. Tras contemplar la gran roca, llegamos a Piedrasecha, nuestro punto de inicio. Atravesamos el pueblo, aprovechamos la fuente del pueblo para llenar nuestras botellas de agua y damos por concluida la ruta!
Preciosa y completa ruta la que realizamos partiendo de Piedrasecha, un pueblo muy cercano a León y de una belleza singular. Cimas con grandes vistas, preciosos valles y uno de los monumentos naturales más bonitos de la provincia: el Desfiladero de los Calderones. Muy recomendable!
Tipo: Senderismo
Fecha: 22 de Enero de 2017
Duración: 3 h. 21 min.
Dificultad: Moderado
Distancia: 11,35 km.
Circular: Sí
Desnivel acumulado: 688 m.
Altura mínima: 1.164 m.
Altura máxima: 1.838 m.
Salsaludos, abrazos y besines!
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