Llamazares – Hayedo de Llamazares – Hayedo de Redilluera – Redilluera
La primera parte de la ruta transita en ligero ascenso a través de una pista forestal, sin pérdida y sin ninguna complicación. Es, sin duda, la parte menos bonita de la jornada. Vamos avanzando de manera rápida y nos encontramos la primera bifurcación, donde continuaremos por la pista de la derecha, ya que la izquierda se dirige hacia el Pico Bodón, visible en gran parte de la ruta.
Vamos ganando altura y empezamos a obtener bonitas vistas del valle y de todo el cordal que unen el Cueto Cabañas y el Pico Bodón. Seguimos avanzando y pronto llegamos al primer hayedo de la jornada, el Hayedo de Llamazares. Este bosque tiene su encanto, pero es cruzado por la gran pista forestal por la que venimos, y algo de encanto siempre pierde. el hayedo no tiene una gran longitud, por lo que lo cruzamos bastante rápido.
Tras visitar el primer hayedo, seguimos ascendiendo hasta llegar al Collado Carrozal. Desde aquí, las vistas vuelven a ser muy bonitas, por lo que nos detenemos para disfrutar de la panorámica que tenemos a nuestro alrededor. El collado separa los dos hayedos de la zona y es el punto más alto de la ruta, por lo que la parte restante será en continuo descenso.
Después de disfrutar de las vistas, continuamos hacia el Hayedo de Redilluera, muy cerca y visible desde el propio collado. En este punto, hay que fijarse bien por dónde continuar, ya que existen varias pistas y sendas por las que seguir. No obstante, la ruta está perfectamente señalizada y el hayedo no tiene pérdida. Basta con levantar un poco la mirada y dirigirse hacia el mismo.
Este segundo hayedo es mucho más bonito que el primero, ya que lo cruza una senda y no una pista forestal ancha. El otoño muestra todo su esplendor en este tipo de bosques, combinando una gran gama de colores verdes, rojos, amarillos y marrones. El musgo, la humedad, la roca caliza tan típica de estas zonas, y las formas singulares de los árboles ofrecen un bosque digno de presenciar en otoño.
Continuamos por la senda, sin pérdida, y llegamos a una fuente, donde aprovechamos para reponer nuestras botellas de agua. Tras superar la fuente, giramos unos 180º, cogiendo una pista forestal que nos guiará directamente hacia Redilluera, el segundo pueblo que visitaremos durante el día.
La pista forestal no tiene dificultades y transita en ligero descenso. Rápidamente llegamos a Redilluera, un pueblo muy bonito. Aprovechamos para almorzar algo y para atender a la más pequeña de la expedición, Dafne, que con tan sólo 5 meses, aprovechó la ocasión que le brindó el otoño para ir a dar una vuelta y respirar aire fresco!
Muy cerca de Redilluera, giramos para coger un camino que se dirige hacia Llamazares, en teoría, paralelo a la carretera. La senda, al principio, no ofrece ningún problema, transita en buena dirección y sin grandes desniveles. Sin embargo, muy cerca ya de Llamazares, dicha senda parece que continua hacia la montaña, en lugar de dirigirse hacia el pueblo. Esto provoca que debamos de atravesar una zona de alta vegetación y sin senda aparente, con el fin de llegar a punto de inicio.
Ya casi en Llamazares, encontramos una pequeña senda, paralela al riachuelo, y que nos deja al comienzo del pueblo. Cruzamos Llamazares y, en pocos minutos, llegamos a la zona donde habíamos comenzado la ruta, dando por concluida la jornada.
No es la ruta perfecta, no es una preciosidad de paseo, pero merece la pena disfrutar de la gran gama de colores que nos ofrece el otoño en estos dos bosques: el Hayedo de Llamazares y el Hayedo de Redilluera. Ruta corta y fácil, ideal para hacer en familia.
Tipo: Senderismo
Fecha: 30 de Octubre de 2016
Duración: 3 h. 28 min.
Dificultad: Fácil
Distancia: 6,59 km.
Circular: Sí
Desnivel acumulado: 259 m.
Altura mínima: 1.222 m.
Altura máxima: 1.505 m.
Salsaludos, abrazos y besines!
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