Caldas de Luna – Las Brañas de Caldas
La familia, deseosa de volver al monte, propone una jornada de ruta por la montaña leonesa. El lugar elegido volvía a ser Caldas de Luna, como ya hicimos a primeros de año, cuando recorrimos el cordal que nos llevó hasta el Pico Cirbanal. En esta ocasión, el trazado oficial sería el de «Las Brañas de Caldas», bonito recorrido y que no dudamos en visitarlo!
Inicio
Llegamos a Caldas de Luna tras un buen rato de coche recorriendo el Embalse de Barrios de Luna. A varios pastores les dio por llevar a sus cientos de ovejas por la carretera, pero no 100 m, desde Mirantes de Luna hasta el cruce que se dirige hacia el Puerto de Aralla! No llevábamos prisa, pero si tiene que pasar una ambulancia, se hubieran metido en un problema más importante. Cerca de una hora tras un elenco de ganado de lo más variopinto… Lo pasamos bien! En Caldas de Luna, recorremos todo el pueblo y aparcamos después de superar el balneario, en un pequeño parking habilitado para el inicio de la ruta.
Descripción
Como siempre, lo primero será preparar todos los bártulos necesarios. Cuando vamos al monte con Dafne, las necesidades son mayores, así que unos minutos de preparación de mochilas! En el propio parking, mientras vamos ultimando detalles, visitamos un cartel informativo sobre la ruta «Las Brañas de Caldas», ruta que completaremos.
Comenzamos a caminar por la pista forestal, sin pérdida, paralelos a la cercana autopista. La pista es perfectamente transitable por vehículos, por lo que no tenemos demasiados problemas en avanzar los primeros metros de ruta, siempre acompañados por el Arroyo de Caldas. En esta primera parte de la ruta, debemos cruzar por debajo de la autopista dos veces, a lo largo de dos túneles, el primero más largo que el segundo y que nos brinda una mayor sensación de oscuridad, aunque no es necesario llevar frontal. Para cruzar el segundo túnel, importante desviarnos hacia el norte. Es visible y no tiene ninguna pérdida.
Por la parte izquierda de la autopista, llegamos a la intersección en la que estableceremos el camino de ida y el del vuelta. Seguiremos la ruta oficial, por lo que nos desviamos hacia la izquierda y tomamos un estrecho camino herboso, conocido como «La Sendina». Dafne a la mochila!
La Sendina no ofrece ninguna complicación, pero nos exigirá cierto esfuerzo, pues avanza en ascenso. La senda es boscosa y pronto nos adentramos en El Fayeu, un pequeño hayedo, primer bosque que encontramos. Aún así, aunque predomine el haya, encontramos varios ejemplares de robles, avellanos y acebos.
A lo largo de La Sendina, tendremos que seguir un par de desvíos, cercanos entre sí y que no son muy visibles, por lo que máxima atención aquí.
Tras continuar con el rumbo correcto, nos adentramos en un bonito robledal, aunque seguimos viendo más tipos de árboles. La senda es preciosa y nos brinda una de las partes que más disfrutamos, incluso a pesar del esfuerzo por mantenerse en grupo!
Completada La Sendina, llegamos a una zona de rocas preciosa, conocida como el Alto de la Sendina. El bosque desaparece y la altitud nos ofrece una bonita panorámica del valle. Máxima precaución aquí, ya que el camino se estrecha y debemos ganar algún metro más por una zona más rocosa. Un poco de atención, y nada que no pueda superar cualquier senderista.
Dejamos atrás el Alto de la Sendina y descendemos hasta llegar a la altura del Arroyo Cacabillos, que debemos cruzar. Bastante vegetación por el camino, pero se puede seguir la ruta sin problemas.
Ya en el otro lado del arroyo, pronto llegamos a la Braña de Lavén, ubicada en el valle homónimo. Contemplamos varias edificaciones, algunas en mejor estado que otras, y un cartel informativo en un estado lamentable. La ruta, de momento, no ofrece demasiada pérdida.
Dejamos atrás la Braña de Lavén y continuamos el trazado muy cerca del Arroyo Cacabillos. Cuidado aquí, pues lo más fácil es seguir un marcado camino que nos hará desviarnos de la ruta oficial. Si ocurriese esto, no habría ningún problema, pues el camino conecta con la pista que se encuentra en las cercanías de la Braña del Recuesto, siguiente objetivo. Aún así, mejor seguir el trazado oficial, por lo que continuamos muy cerca del citado arroyo, siempre rumbo norte.
Vamos avanzando entre grandes prados, sin encontrar ningún tipo de señalización. La ruta no tiene mucha pérdida, ya que al fondo vemos la braña a la que debemos llegar, pero no estaría mal algún poste indicativo. Entre pequeños saltos de agua y cascadas, y dejando la Cabaña de la Foz a nuestra izquierda, pronto llegamos a la altura del Arroyo Cacabillos, que debemos cruzar nuevamente.
Superado el arroyo, algún zig-zag ascendiendo por trochas de ganado y llegamos a la Braña del Recuesto, desde donde obtenemos una bonita panorámica del valle! Aprovechamos para tomar un pequeño respiro y que Dafne baje de la mochila y disfrute de la ruta.
Conectamos con la pista que se dirige hacia el Collado de la Divisa, nuestro siguiente hito, y giramos a la derecha. La siguiente parte de la ruta transitará por dicha pista, sin mayores complicaciones, siempre en ascenso y con buenas vistas hacia el Valle de Lavén. Dejamos atrás un abrevadero y un cartel informativo sobre la panorámica que se puede obtener desde aquí. Comenzamos a divisar el cordal del Pico Cirbanal, espectacular!
Tras varios minutos de cómodo ascenso, llegamos al refugio, muy cerca del Collado de la Divisa. Tiempo para almorzar! Pan, cecina, queso, chorizo y chocolate! No lo hacemos mal! Las vistas desde aquí son sublimes! El día es perfecto para caminar y disfrutar de la montaña, y eso hacemos! La zona del refugio es ideal para tomar un respiro y comer algo, sobre todo en familia. Grandes praderas y unas vistas de escándalo!
Continuamos la ruta y llegamos al Collado de la Divisa, situado a unos 1.500 metros de altitud. Mucho ganado por aquí y varios senderos para continuar. Elegimos el que se encuentra bien señalizado, con el fin de seguir el rumbo correcto. Dafne va caminando, le encanta bajar y batirse el cobre con las piedras!
La siguiente parte de la ruta descenderá hacia la Braña del Pandiello, en ruinas. Vamos perdiendo altura de manera cómoda, obteniendo unas vistas espectaculares del valle y de la zona conocida como «Las Veigas».
Seguimos un desvío hacia la derecha, bien indicado, y continuamos descendiendo hasta llegar a la Braña del Pandiello, en la que tan sólo podemos apreciar algún indicio de edificación. De frente, un precioso abedular!
Volvemos a transitar por un estrecho sendero, en ligero ascenso y sin complicaciones. Vamos dejando atrás la zona más boscosa de esta parte, llegando a las laderas tristemente abrasadas por las llamas del último incidencio. Las vistas hacia el valle que forma el Arroyo de Vildeo son preciosas!
La siguiente parte de la ruta, a media ladera, avanzará en sencillo descenso, rumbo a la última braña que visitaremos, la Braña de Gameo. Dafne está algo más cansada y no duda en solicitar mochila! Ha completado gran parte del recorrido andando, bajando hasta aquí desde el Collado de la Divisa, así que perfecto! Esta parte de la ruta es muy bonita y nos deja preciosas panorámicas. Entre zonas rocosas y boscosas, vamos perdiendo altura cómodamente!
Mientras seguimos algún zig-zag, nos adentramos en un bonito robledal, que nos ofrece algo de sombra. El día es perfecto para caminar y la senda muy agradable de seguir. Vamos disfrutando mucho!
Pronto llegamos a la Braña de Gameo, donde encontramos una pequeña cavidad, seguramente artesanal, que puede servir de refugio. En las inmediaciones de la Braña de Gameo, debemos seguir dos desvíos, el primero ubicado en una de las edificaciones que conserva el lugar. El segundo desvío nos guiará a lo largo de la pista forestal de regreso.
Ya en la pista forestal, seguimos perdiendo altura, cruzando el túnel de la autopista por arriba. Debemos seguir un par de desvíos, ambos sin complicaciones, y cruzar un puente para llegar a la intersección del inicio de la parte circular. En la citada intersección, tan sólo debemos regresar sobre nuestros pasos, cruzando nuevamente los túneles.
A lo largo de este último kilómetro y medio, aprovechamos para disfrutar de Dafne y el Arroyo de Caldas. Pequeña parada para tirar alguna que otra piedra! Está encantada! A pesar de la escasa dificultad, la ruta se va haciendo algo más dura. Hay que acostumbrarse a la montaña y las rutas que lleva la familia esta temporada han sido mucho más cómodas, siempre por pistas y sendas muy cómodas. Esta circular ofrece senderos algo más exigentes y en los que debemos prestar mayor atención, y todo va acumulando.
Tras disfrutar del entorno, damos los últimos pasos de la ruta, llegando al parking cercano a Caldas de Luna y dando por finalizada la jornada.
Conclusión
Otro entorno que sorprende! Tierra de brañas, praderas y senderos de todo tipo. Bosques, caminos preciosos, zonas rocosas, vistas preciosas durante gran parte del recorrido y un montón de atractivos más. Un trazado de distancia y desnivel asequible y en el que pudimos disfrutar a cada paso que dimos. Encontramos muchos animales, vacas, caballos, algún que otro pájaro y algún ejemplar de buitre leonado volando por la zona. Una ruta para disfrutar en familia!
Datos técnicos
Actividad: Senderismo
Fecha: Sábado, 22 de Junio de 2019
Duración: 6 h 8 min
Dificultad: Fácil
Distancia: 9,04 km
Recorrido: Circular
Desnivel acumulado: 420 m
Altura mínima: 1.185 m
Altura máxima: 1.515 m
Participantes: Rubén, Sabri, Dafne, Paco y Adela
Método de Información de Excursiones (MIDE):
R&S Wanderlust
Espíritu viajero!
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