Desde cuándo las bailarinas bailan de puntillas?
El ballet sobre puntas comenzó a desarrollarse a principios del siglo XIX, pero los bailarines sólo lo practicaban en momentos breves. El coreógrafo italiano Carlo Blassis creó en esta época un paso, el attitude, inspirado en una estatua del dios Mercurio, del escultor flamenco Giambologna, en la que el dios aparece apoyado suavemente sobre la punta del pie izquierdo.
Con la llegada del romanticismo, las puntas alcanzaron su verdadera razón de ser. La primera pieza que las utilizó de forma larga y continua fue una coreografía que inauguró en París la era de los ballets románticos: La Sílfide. El papel principal lo desempeñaba una criatura sobrenatural que se deslizaba sobre las puntas de los pies para destacar su pertenencia a otro mundo. Marie Taglioni fue la primera en interpretarlo. Su padre, Filippo Taglioni, había creado la coreografía para resaltar la etereidad de su hija. La danza, al principio, era muy aparatosa por las pelucas y el vestuario, pero en el siglo XVIII, Mari Ann Camargo y María Sallé acortaron sus faldas e introdujeron las zapatillas para mejorar los saltos y piruetas.
Siempre se ha querido dar una explicación estética o técnica al uso de las puntas, o mejor dicho, al caminar de puntillas en el arte del ballet. Lo cierto es que el origen de este uso o costumbre, que se alargó en el tiempo, se debe a una bailarina inexperta de nombre Colette Poire, nacida en Lyon (Francia), quien junto a otras amigas preparaban una pieza a presentarla en honor del aniversario de la esposa de un importante político de la época (siglo XIX). Lo cierto es que la noche antes de la presentación, Colette se lesionó ambos talones, con los cuales piso una brasa hirviendo, quemándose considerablemente, lo que la imposibilitaba ejecutar el baile con el uso normal de los pies. Ella no dijo nada a sus amigas y se presentó al evento bailando de puntillas, lo cual asombró positivamente a la audiencia. De ahí en adelante, se instauró el uso de las puntillas como eje central en los pasos de las bailarinas de ballet.
Rubén Wanderlust
Espíritu viajero!
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