Lois – Pico Castaño (1.865 m) – Las Peñeras (1.877 m)

Propuesta de la loca de Vanessa, que tiene un fin de semana libre y quiere disfrutarlo comiendo un bocata por la montaña! Y sus colegas, que tampoco les amarga un dulce, aceptan encantados! Entre varias opciones y barajando lugares donde aguante un poco el clima, tomamos la decisión de acercarnos hasta Lois y ascender al bonito Pico Castaño (1.865 m) y a Las Peñeras (1.877 m), dos cumbres sin demasiado compromiso y con unas vistas de escándalo!

Descripción

Con todo preparado, iniciamos la marcha en compañía de Sabri, Germán, Claudia, Miguel y Vanessa. Vemos un cartel informativo de la zona y empezamos a dar los primeros pasos a lo largo de la calle principal de Lois, dejando a nuestra izquierda la Catedral de la Montaña y siguiendo un desvío hacia la derecha para cruzar un puente sobre el Río Dueñas.

Cartel informativo

Catedral de la Montaña

Desvío hacia Liegos

Puente sobre el Río Dueñas

Vamos dejando atrás el bonito pueblo, entre risas y anécdotas, como casi siempre con esta gente. A nuestra derecha, podemos distinguir el área recreativa de Lois, lugar donde vemos una fuente, ideal para recargar cantimploras.

Área recreativa de Lois

Fuente

La primera parte de la ruta avanza hacia el este por una pista forestal sin apenas desnivel y durante unos 2 kilómetros. A lo largo de esta senda, ya podemos distinguir nuestros objetivos del día y el bosque de hayas por el que pasaremos, que desde aquí se ve espectacular. Un tramo que completamos rápidamente, siempre disfrutando del valle!

Panorámica hacia la ruta que completaremos

Completados los 2 kilómetros de pista forestal, nos desviamos hacia la derecha y cruzamos el Arroyo de Llorada, llegando a un pequeño refugio. Aquí comenzaremos a ascender hacia el Pico Castaño, nuestro primer objetivo.

Desvío hacia la derecha

Arroyo de Llorada

Refugio

La pista no ofrece ninguna complicación e irá ganando altura a lo largo de varias curvas. En pocos minutos, entramos en un espectacular hayedo, bosque que disfrutamos muchísimo! La senda es muy cómoda!

Hayedo

El grupo ganando altura entre hayas

Salimos del hayedo para llegar a un pequeño collado que nos brinda una panorámica excepcional. La senda se difumina, pero debemos girar hacia la derecha y continuar ascendiendo a lo largo de una zona de grandes praderas.

Collado

La senda finaliza en un lugar idílico. Las vistas son sublimes hacia cualquier lado. Estamos rodeados de hayas y una gran pradera será el punto de inicio del tramo circular. En esta pradera encontramos un bonito chozo, por donde pasamos para continuar la ruta.

Germán, Miguel, Sabri, Vanessa y Claudia delante del chozo

La siguiente parte de la ruta será la más complicada de seguir. No existe un camino evidente ni señales de ningún tipo. No tiene mucha pérdida porque la idea es remontar el valle, pero existen zonas más inclinadas y por las que será más complicado seguir. Nos acercamos al arroyo y seguimos ganando altura hasta que se encajona, momento en el que tendemos hacia la derecha para volver a ascender entre hayas. Por donde mejor vemos, vamos ganando altura rodeando una cota por su cara este.

Vamos remontando el valle caminando por el hayedo

El valle se abre, teniendo una buena imagen del collado en el que termina el Valle de Volelampo. Hacía aquí debemos dirigirnos, con cierta tendencia hacia nuestra derecha. Lo de Claudia y Vanessa no tiene desperdicio, vaya risas con ellas! Y eso que se quieren mucho!

Unas vistas de escándalo, destacando Torre Santa al fondo

Con un tranquilo y regular ascenso, llegamos al collado. Las vistas son de escándalo! Primera parada, antes de afrontar el ascenso al Pico Castaño. El día es muy agradable, aunque se va notando la altura y comenzamos a notar algo de viento.

Collado

El siguiente tramo de la ruta nos guiará hacia el Pico Castaño. Existen dos formas de llegar a su base, a lo largo de un pequeño barranco, opción muy desaconsejable por la verticalidad del mismo (peor aún cuando el terreno está mojado), o llegando a una pequeña brecha, al este de Peña Aguilar, cumbre que tenemos hacia el sur. Esta es, sin duda, la mejor opción para ascender hacia el Pico Castaño. El terreno es vertical, muy propio de la Cordillera Cantábrica, y no ofrece ninguna dificultad técnica.

Desde la pequeña brecha, damos vista a nuestros objetivos del día, el Pico Castaño, a la izquierda, y Las Peñeras, a la derecha. Nos acercamos al collado que separa ambas cumbres, perdiendo algo de altura y remontando la suave ladera hasta llegar a la cara sur del Pico Castaño, donde disfrutamos de unas vistas espectaculares hacia la Sierra de Riaño y hacia el embalse. Miguel y Rubén son los primeros, que logran disfrutar de un gran número de rebecos! Por detrás, Germán acompaña muy bien a las chicas, llegando junto a ellas. Se acabó la tranquilidad!

Comenzamos la verdadera ascensión al Pico Castaño, y lo haremos por un terreno mixto de roca caliza y hierba, bastante vertical. La subida es bastante evidente en su primer tramo y, poco a poco, nos vamos acercando a una pequeña canal, más vertical. Esta canal nos obligará a los más bajitos a apoyar algo las manos, pero no ofrece mayores problemas si estamos habituados a la montaña. Tras la pequeña chimenea, nos encontramos en la parte alta, donde sólo tendremos que continuar hacia la cercana cumbre. Muchas risas durante la subida!

Finalmente, tras una bonita ascensión, llegamos al Pico Castaño (1.865 m). Su altitud no es muy significativa, pero las vistas que obtenemos desde esta atalaya son sublimes. Distinguimos el cercano Pico Yordas, cumbre que Germán no se acordaba de haber subido, Peñas Pintas, el Pico Gilbo, el cordal hacia el Pico Llerenes, el Pico Espigüete, Picos de Europa con Torre Santa a la cabeza del macizo occidental, el Macizo del Mampodre y un sinfín de montañas más a nuestro alrededor. Comienza a soplar algo de viento, así que no paramos mucho! Eso sí, una brutal foto de grupo en la cumbre!

Pico Castaño (1.865 m)

Rubén y Sabri en la cumbre del Pico Castaño

Seguimos la ruta descendiendo del Pico Castaño con tranquilidad hasta llegar al collado que nos separa de Las Peñeras, donde volvemos a disfrutar de las vistas hacia el este. Valoramos si ascender Las Peñeras, cumbre cercana, a lo que el grupo no se lo piensa demasiado. Vamos!

Panorámica desde el collado que separa el Pico Castaño de Las Peñeras

El ascenso es muy evidente y no ofrece ninguna complicación. Al fondo vemos a otro montañero disfrutando del cordal que ya hicimos el año pasado, desde el Pico Llerenes hasta el Pico Castaño. Se encuentra en la cumbre de Los Colladrines, al otro lado de Las Peñeras. Comenzamos a ganar altura sin mayores complicaciones. Vanessa tiene hambre y dejará Las Peñeras para otra ocasión!

En pocos minutos, llegamos a la cima de Las Peñeras (1.877 m). Vistas similares a las que ya disfrutamos desde la cumbre del Pico Castaño, pero que invitan a seguir mirando más allá! Coincidimos con el montañero que habíamos visto en Los Colladrines, hacemos varias fotos de cumbre y continuamos la ruta, que tenemos a Vanessa comiendo chocolate!

Las Peñeras (1.877 m)

El viento en altura empieza a ser desagradable, así que seguimos el trazado descendiendo de Las Peñeras. Nos reunimos con Vanessa y seguimos perdiendo altura, ahora rodeando la pequeña depresión que salvamos al subir hacia el Pico Castaño. Bonitas vistas hacia el valle que da a Ciguera! A media ladera, sin mayores problemas, nos vamos acercando a la brecha por la que asomamos a toda esta parte.

Superada la brecha y antes de llegar al collado del Valle de Volelampo, hora de comer! Sin viento ninguno y con unas extraordinarias vistas hacia la montaña leonesa, rellenamos el estómago, que a algunos ya les hacía falta! Simpático momento en el que vemos aparecer por la brecha al montañero con el que coincidimos en Las Peñeras, procedente del Pico Castaño. Iba siguiendo una ruta, mirando el teléfono en alguna ocasión para ver por dónde continuar. Cuando llegó a nuestra altura le preguntamos: «No estarás siguiendo una ruta de un tal RubAlvarez!?». Nos responde: «Pues no sé… Espera que ahora os lo digo… Pues sí, RubAlvarez!». Unas risas que complementaron un fantástico almuerzo!

Miguel y Germán disfrutando de las vistas

Tras la comida, seguimos perdiendo altura hasta llegar al collado. Para regresar a las inmediaciones del chozo, podemos perder altura por el valle, desandando el camino de ida, o dar la vuelta por el Monte de los Tejales, opción que escogemos. Estamos disfrutando mucho de la ruta, así que continuamos bajando por el Valle de Volelampo.

Caminando a lo largo del precioso Valle de Volelampo

Rodeamos la cota que tenemos a nuestra derecha y damos vista al Monte de los Tejales, por donde descenderemos hasta la pradera del chozo. Aunque no sea muy evidente ni se encuentre señalizado, el sendero que recorre el Monte de los Tejales es claro. A media ladera y entre hayas, vamos recorriendo el precioso bosque, que nos brinda una gama de colores otoñales espectacular.

Foto de grupo en el Monte de los Tejales

Finalizado el bosque, damos vista a la pradera, por donde vamos descendiendo sin mayores complicaciones y por terreno herboso. Tras esta última parte, llegamos al punto en el que iniciamos el tramo circular, donde volvemos a disfrutar de unas vistas tremendas.

Sólo queda desandar el camino ya realizado. Siempre por buena senda, completamos el descenso por el hayedo hasta llegar a la altura de la pista forestal que va desde Lois a Liegos. Gracioso momento en el que Germán, cuyos objetivos, entre otros, tenía el hecho de llegar limpio de vuelta al coche, estuvo a punto de rebozarse en una de las boñigas más grandes que vimos! Al final de la pista, tenemos que pasar entre las vacas, así que mucho cuidado para no asustarlas más de la cuenta!

De nuevo en la pista forestal, nos resta completar los 2 kilómetros que nos separan de Lois. Un tramo que disfrutamos entre buenas conversaciones y buenas vistas cuando mirábamos hacia atrás y distinguíamos las cumbres conseguidas!

Estamos de nuevo en Lois, así que recorremos sus calles hasta llegar al inicio del pueblo, lugar donde aparcamos y donde damos por finalizada la ruta.

Conclusión

Hacer cualquier actividad por la Sierra de Riaño o el entorno de Lois es sinónimo de disfrute. Una buena prueba de ello es la ascensión al Pico Castaño (1.865 m) y a Las Peñeras (1.877 m), cumbres muy agradecidas para asomarse a uno de los balcones más espectaculares de la montaña leonesa. Preciosa ruta en otoño, bosques mágicos y valles para admirar durante horas! Un trazado perfecto para hacer montaña y que disfrutamos con una compañía perfecta. No faltaron las risas y los buenos momentos nunca! Muy recomendable!

Datos técnicos

Actividad: Senderismo
Fecha: Sábado, 31 de Octubre de 2020
Duración: 5 h 25 min
Dificultad: Moderada
Distancia: 10,95 km
Recorrido: Circular
Desnivel acumulado: 721 m
Altura mínima: 1.226 m
Altura máxima: 1.868 m
Participantes: Rubén, Sabri, Germán, Claudia, Miguel y Vanessa
Método de Información de Excursiones (MIDE):

Mapa y Track en Wikiloc

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