Ciguera – Pico de las Fuentes (1.777 m) – Pico Llerenes (1.895 m) – Los Colladrines (1.843 m) – Las Peñeras (1.877 m) – Pico Castaño (1.865 m)
La Sierra de Riaño es una de esas maravillas que todo buen montañero debe conocer y visitar, y no sólo una vez, pues no daría tiempo a conocer cada rincón de esta espectacular zona. Después de ascender las principales y más altas cumbres, como el Pico Yordas o Peñas Pintas, tocaba completar uno de esos cordales que hacen afición. Desde el Pico Llerenes, con su esbelta cara norte, hasta el Pico Castaño, otro de esos miradores que nunca se olvidan!
Inicio
Para llegar hasta el Pico Llerenes o el Pico Castaño, basta con acercarnos hasta los pueblos de Salamón, Ciguera o Lois, ubicados todos en una carretera de montaña estrecha y espectacular. Ya sólo el viaje hasta aquí es precioso! Nuestra primera idea era llegar hasta el Pico Castaño desde Lois. Sin embargo, teniendo la compañía de Alba, surgieron otras opciones, entre ellas, recorrer el cordal completo desde el Pico Llerenes, y como esta chica es muy de tachar, no dudó en aceptar el reto, así que nos dirigimos hacia Ciguera, punto en el que será más rápido y cómodo completar el cordal. Tras dejar a mano izquierda el desvío hacia Ciguera, justo después de un puente amarillo, dejamos el coche, en uno de los varios ensanchamientos que tiene la carretera.
Descripción
Con el coche aparcado, comenzamos la preparación de la ruta. Mochila preparada, GPS en marcha y todo listo para comenzar a caminar. Pero antes, sorpresa! Encuentro con Carlos (Mastín Tobillero) e Isabel, montañeros que nos reconocieron por la web. Corta y agradable charla para citarnos en pocas horas por las alturas, puesto que ellos también tenían previsto llegar hasta el Pico Castaño, acompañados de Viti «Pisapraos» y comenzando la ruta desde Lois.
Comenzamos a caminar desandando un pequeño tramo de carretera y cogiendo el desvío hacia la pista forestal. Una portilla de madera será la referencia más clara de la senda que debemos coger. Dicha senda irá remontando el valle en ligero ascenso y cruzando un hayedo muy bonito.
Vamos disfrutando mucho de la ruta, aún sombría. Una mirada atrás nos permite distinguir el lugar donde aparcamos y el Pico de la Hoya, uno de los mejores miradores del cordal que recorreremos. Vamos superando una fuente y un pequeño puente, mientras seguimos entre hayas. A nuestra derecha, el bonito Pico de los Escobalines.
Dejamos atrás el hayedo y salimos a zona más abierta. De frente, el cordal que completaremos. La cómoda pista forestal va dando paso a pequeños y estrechos senderos de ganado, momento en el que nos encontramos con la última fuente de la ruta.
El primer objetivo será el Pico Llerenes, que aún no lo vemos. Vamos remontando metros, siempre por buenos y limpios senderos. Precaución aquí, pues existen numerosas opciones. Aún así, la imagen siempre presente del Pico de las Fuentes, a nuestra derecha, nos ayudará bastante a ganar altura con el rumbo correcto. Peor sería en caso de niebla! Tras finalizar el tramo de cómodos senderos, llegamos a un pequeño collado, desde donde se nos abren unas bonitas vistas del valle contiguo y del Cueto Grande.
Continuamos la ruta por sendero mucho menos pisado, siempre con el Pico de las Fuentes a nuestra derecha y con el Pico Llerenes ya visible al frente. Antes, una cuestión nos surge… ¿Ascenderemos el Pico de las Fuentes? Total, lo tenemos aquí al lado… Pues claro!
En dos minutos de pindia subida entre piedras y hierba, muy típico en la Cordillera Cantábrica, llegamos al Pico de las Fuentes (1.777 m). Las vistas son muy bonitas y tenemos una preciosa estampa del Pico Llerenes, al norte. Aún nos queda mucho que andar, así que alguna foto y seguimos!
Bajamos del Pico de las Fuentes y continuamos hacia el collado que separa el Pico Llerenes de una pequeña cota sin nombre. Rodeamos dicha cota por la derecha y alucinamos con las vistas que se abren hacia el norte cuando llegamos al collado. El Pico Llerenes parece infranqueable! El viento comienza a ser protagonista con rachas que superan los 50 km/h. Pero bueno, ya estábamos prevenidos. Vamos allá!
La ascensión al Pico Llerenes se encuentra hitada. No será una ascensión fácil y debemos estar acostumbrados a este tipo de terrenos, Sin dar sensación aéreas, debemos superar una corta y sencilla trepada, lugar donde dejamos los bastones, y apoyar puntualmente las manos según vamos llegando a la cumbre, sobre todo siendo bajitos.
Finalmente, tras unos minutos de ascenso, llegamos a la cima del Pico Llerenes (1.895 m). Las vistas son, sencillamente, sublimes. Una panorámica espectacular de toda la Sierra de Riaño. A la derecha, Peñas Pintas, y a la izquierda, todo el cordal que completaremos durante la ruta. De frente, el Pico Yordas, Y a mayores, la Montaña Palentina y los Picos de Europa. Unas vistas de escándalo que disfrutamos mientras corrían las nubes. Hicimos unas fotos increíbles y pudimos ser testigos del cordal que nos quedaría por recorrer! También aprovechamos para saludar a nuestro amigo Manuel, que anda en estos momentos por la Sierra de los Villares, ascendiendo el Pico Jano. No paramos mucho, pues la ruta sólo acaba de empezar!
Descendemos por la misma vía de ascenso del Pico Llerenes, acometiendo el destrepe y recuperando los bastones. De nuevo en el collado que nos separa de la cota sin nombre, continuamos hacia ésta. Podemos obviarla y rodearla por su cara oeste, pero hemos venido a jugar!
Alba de deshace de sus «bastones» y comenzamos la trepada hacia la parte alta, bien señalizada. Superamos un par de cortos tramos en los que será necesario ayudarse de las manos y llegamos a la parte alta, a más de 1.800 metros de altura. Bonita imagen del Pico Llerenes, pudiendo apreciar perfectamente la vía de ascenso que utilizamos para hacer cumbre. Vistas similares a las que ya disfrutamos!
Tras alguna foto, seguimos el cordal, rumbo a Los Colladrines, nuestro siguiente objetivo, el cuarto! Descendemos sin problemas de la cima sin nombre y superamos el collado que nos separa de Los Colladrines, cumbre a la que iremos ascendiendo sin problemas. Mención especial a un par de riscos en los que aprovechamos para hacer unas fotos espectaculares! Lo bueno de esta ruta, las vistas que siempre tendremos hacia toda la Sierra de Riaño y alrededores.
Finalmente, en pocos minutos de ascensión, llegamos a Los Colladrines (1.843 m). No nos sorprende mucho su cumbre, ya que las vistas son similares, pero nos deja una bonita panorámica de Las Peñeras y el Pico Castaño, cumbres restantes. Alguna foto y más y continuamos la ruta!
Turno para Las Peñeras, de frente. Descendemos de Los Colladrines hacia el collado que nos separa de la siguiente cima. Muchos caballos por la zona y buena carrera que se echaron para descender hacia el Valle de Anciles, espectacular desde aquí. Seguimos disfrutando mucho de las vistas. Buena panorámica hacia el Pico Gilbo, el Pico Espigüete y Peñas Pintas!
Superado el collado, comenzamos a ascender a Las Peñeras, siempre por buen sendero, pisado y señalizado. Pronto encontramos una pared de roca algo más vertical, la cual debemos rodear por la izquierda. Ojo aquí porque no es necesario poner ni una mano, así que atención! Añadimos un par de hitos para afrontar la ascensión sin ninguna duda!
Tras otro breve y pindio ascenso, llegamos a Las Peñeras (1.877 m), donde encontramos un buzón de cumbre metálico. En dicho buzón, se indica que estamos en la cima del Pico Castaño. Ambas cumbres generan bastantes dudas a la hora de determinar en cuál de las dos nos encontramos. En el mundo montañero, esta cima es la de Las Peñeras, mientras que la siguiente, más baja, será el Pico Castaño. Sin embargo, ¿por qué no confiar en un buzón de cumbre instalado por la gente de Lois? Sea cual sea el nombre, lo importante ha sido llegar hasta aquí y disfrutar de la preciosa panorámica que nos ofrece. Mientras disfrutamos de las vistas que nos brinda la atalaya, por el camino que viene de Lois, llegan Carlos, Isabel y Viti. Aquí les esperaremos! En pocos minutos, se encuentran arriba con nosotros! Bonito rato junto a ellos, compartiendo fotos, montañas y momentos! Un placer haber coincidido!
Todos unidos, tras disfrutar de la cumbre de Las Peñeras, turno para el Pico Castaño, visible de frente. Descendemos sin problemas hasta llegar al collado previo y continuamos la ascensión por un terreno pisado y sin grandes complicaciones. Tan sólo una pequeña canal rocosa, algo más exigente, hará que debamos poner alguna mano puntual, sobre todo para bajar. Nada problemático! Toda la ascensión es bastante evidente!
Finalmente, tras la pequeña trepada, llegamos al Pico Castaño (1.865 m), desde donde obtenemos una panorámica excepcional de todo el cordal recorrido desde el Pico Llerenes. Volvemos a disfrutar de todo lo que nos rodea, de la Sierra de Riaño, el Macizo del Mampodre, el Pico Susarón, el Pico de la Hoya, Picos de Europa, Montaña Palentina, Peña Maciédome y el Pico Tiatordos, Peña Ten… De nuevo, buenos momentos y risas compartiendo una montaña más, y ya van 6! Ya hemos completado todas las cimas que nos habíamos propuesto. Alba tachará más de una, y vino pensando en completar sólo el Pico Castaño… Está más que feliz la chica! Sopla el viento con fuerza, así que nos vamos!
Descendemos del Pico Castaño por la misma vía de ascenso, rumbo al Valle de Volelampo, por donde regresaremos. Nos dirigimos hacia el oeste, perdiendo altura a lo largo de verdes praderas. Se camina muy bien porque apenas hay vegetación, y la que hay es bastante baja. Trochas de ganado nos marcan el camino a seguir para llegar a una pequeña brecha, evitando así el descenso por el Arroyo de Valdescoso, mucho más delicado.
Desde la pequeña brecha, damos buena vista del valle por el que descenderemos hacia la carretera. Sin perder el rumbo, vamos perdiendo altura hasta un pequeño collado, desde donde obtenemos una vista completa del Valle de Volelampo, hacia el oeste, y del Valle que se dirige hacia Lois, hacia el este. Alguna foto y pequeña parada para reponer fuerzas después de todo el cordal recorrido. Alguna mirada atrás nos permite apreciar el Pico Castaño, nuestro último hito. Decimos adiós a nuestros amigos Carlos, Isabel y Viti, puesto que ellos cambiarán de valle después de superar el collado, descendiendo así hacia Lois. Nosotros nos vamos hacia Ciguera.
La siguiente parte de la ruta, siempre por buenos senderos ganaderos, recorre el Valle de Volelampo, sin pérdida y sin complicaciones de ningún tipo. Un descenso rápido y limpio, disfrutando del variado ganado que vamos encontrando. Alba también disfruta, sobre todo de las vacas que la miran con ojos de franqueza!
Completado el valle, llegamos a la altura de la carretera, dónde tan sólo debemos desviarnos hacia la izquierda y continuar por terreno asfaltado algo más de un kilómetro. Buenos momentos recordando la rutaza que hemos hecho!
Finalmente, tras recorrer el tramo por carretera, llegamos a la altura del coche, donde damos por concluida la ruta.
Conclusión
Cuando un montañero se dirige hacia la Sierra de Riaño, el Pico Gilbo o el Pico Yordas suenan con fuerza para ser ascendidos, pero la ruta que hemos completado ofrecerá un sinfín de alicientes que hacen que tengamos muchas más opciones que las más típicas. Una zona preciosa y que merece recorrerse disfrutando de cada rincón. Una ruta muy completa, de valles preciosos, bosques de ensueño, senderos limpios y cumbres de vistas privilegiadas. Cordal entretenido, apto sólo para gente acostumbrada, y recorrido espectacular el que nos brindan las cimas del Pico de las Fuentes (1.777 m), Pico Llerenes (1.895 m), Los Colladrines (1.843 m), Las Peñeras (1.877 m) y Pico Castaño (1.865 m). Muy recomendable!
Datos técnicos
Actividad: Senderismo
Fecha: Sábado, 12 de Octubre de 2019
Duración: 6 h 7 min
Dificultad: Difícil
Distancia: 10,17 km
Recorrido: Circular
Desnivel acumulado: 967 m
Altura mínima: 1.120 m
Altura máxima: 1.884 m
Participantes: Rubén y Alba
Método de Información de Excursiones (MIDE):
R&S Wanderlust
Espíritu viajero!
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