Puerto de Vegarada – Pico Llastres (2.018 m) – Cascada de Vegarada

De nuevo con tiempo incierto en la Cordillera Cantábrica y con ganas de disfrutar de un día de montaña. Ha sido una pena la semana que ha habido, de lluvias y altas temperaturas. El fin de semana pasado nos dejó una estampa blanca y unas montañas nevadas preciosas. Apenas hay nieve, y la que hay, es más propia de abril. Aún así, intentaremos disfrutar de un bonito día de monte. El entorno elegido será la zona de Vegarada, y lograremos llegar hasta el Pico Llastres (2.018 m), único objetivo que conquistaremos, pues el intenso viento y la niebla no nos dejó seguir disfrutando por las alturas. La compañía de Germán y Claudia, que está de estreno, pondrá el resto para completar una mañana espectacular de montaña.

Descripción

Son las 8:15 h y comienza a amanecer, mostrando unos tonos amoratados preciosos. Hay nubosidad, bancos de niebla y claros. Y a mayores, la previsión indica que tendremos rachas de viento de unos 30/40 km/h en el Puerto de Vegarada. Veremos en altura… De momento, el clima es apacible y la temperatura muy agradable, unos cuantos grados por encima de 0.

Iniciamos la marcha por la carretera, dirección Asturias. El terreno asfaltado se va conviertiendo en pista. Tras completar casi un kilómetros, a la altura de los Charcos de Cochaína, nos desviamos hacia la izquierda, rumbo a la vertiente leonesa del Puerto de Vegarada, aunque no llegaremos a pisar territorio leonés hasta la vuelta. Nos damos cuenta de que hay mucha humedad y de que el agua corre como si estuviésemos en pleno deshielo, por lo que vamos esquivando los múltiples riachuelos que llegan hasta aquí mientras vamos buscando el sendero estival.

Charcos de Cochaína, al lado del Puerto de Vegarada

Aún sin pisar nieve y en botas, comenzamos a ganar altura ligeramente. De momento, el sendero es bastante claro, así que vamos avanzando a buen ritmo. Obtenemos unas vistas extraordinarias de las montañas que nos rodean, llamando la atención Peña Redonda y la poca nieve que tiene el Pico Jeje, al otro lado del Puerto de Vegarada. De frente, asoman tímidamente el Pico Llastres y Peñas de Faro.

Panorámica hacia Peñas de Faro

Seguimos la ruta y comenzamos a encontrar nieve. Su estado, pues bastante regulero. Nieve primavera, muy húmeda, más propia de meses cercanos al verano. Las primeras pisadas las damos en botas, pues hacemos buena huella y la inclinación y el terreno no añade dificultad alguna.

Comenzamos a tener que intuir por dónde va el sendero estival, aunque la nieve ya se ha apoderado del terreno y no tiene sentido seguir el sendero estival. Podemos seguir su rumbo, pero siempre trazando la mejor ruta en condiciones invernales.

Pronto llegamos a una zona de grandes hoyos y dolinas, donde debemos ladear hasta llegar a una especie de collada. Hay mucha nieve, y debajo de la más reciente, hay zonas realmente heladas, así que no dudamos en ponernos los crampones, que Claudia está de estreno y los lleva reclamando algunos minutos! Breve parada para equiparnos y seguimos!

Tras una pequeña travesía a media ladera, llegamos a la mencionada collada. Seguimos un poco más y encontramos un bonito y pequeño lago, completamente helado y de tonos preciosos.

Lago

Miramos de frente y tenemos un par de palas para acometer. Por la pala de la derecha va el sendero estival, pero la pala de la izquierda tiene mayor inclinación. Elegimos está opción, con el fin de seguir practicando cramponaje. Desde la parte alta, las vistas hacia atrás son espectaculares! Vamos disfrutando como niños de un gran día de montaña!

Germán y Claudia superando las primeras rampas exigentes de la ruta

Rubén tras completar la primera pala de ascenso

Superada la pala, turno para ver por dónde seguir y llegar al cordal. La vía elegida nos guiará al collado que separa Peñas de Faro del Pico Llastres, nuestro primer objetivo. El terreno gana en inclinación y es indispensable la progresión con crampones. Hay zonas de mayor acumulación de nieve y en las que se hace buena huella, pero hay otras con la nieve justa y en las que asoman placas de hielo, fruto de las nieves de hace varias semanas. Según nos vamos acercando al collado, comenzamos a notar la fuerza del viento. También somos testigos de la niebla que va entrando. Nos tememos lo peor y nos abrigamos bien!

Germán y Claudia llegando al collado

Rubén y Claudia, con gran parte del cordal de fondo

Tras superar el tramo más exigente y duro de la ruta, llegamos al collado, donde el viento supera con creces los 60 km/h. Por momentos nos cuesta mantener el equilibrio! Las nubes corren, pero estamos inmersos en la niebla y no vemos más allá de 20 o 30 m. Una pena… Tras una breve conversación, nos dirigmos hacia el cercano Pico Llastres.

Claudia y Germán en las inmediaciones del collado, ya con la niebla metida

Comenzamos la ascensión por el cómodo cordal, combinando zonas de nieve y zonas peladas. La ascensión es muy sencilla y evidente, y sólo el intenso viento y la niebla nos amargan un poco la ruta. Claudia comienza a tener esa sensación de mareo y ceguera, debido a la niebla. Paramos un poco en una zona de rocas, pero está bien, así que continuamos. Hay que mirarse a la ropa y buscar los colores más oscuros!

Tras un breve y ventoso ascenso, llegamos al Pico Llastres (2.018 m). El viento no cesa, pero es más suave. Eso sí, humedad máxima y mayor sensación de frío. Las vistas tienen que ser espectaculares, pero no podemos disfrutar de ellas, así que nos hacemos alguna foto de cumbre y rápidamente para abajo! Aunque nuestra intención era continuar hasta La Fitona, no está el día para disfrutar en altura!

Pico Llastres (2.018 m)

Deshacemos el cordal recorrido, volviendo a sufrir el intenso viento según nos vamos acercando al collado. Otra breve conversación para ver por dónde continuar. Nuestra idea inicial era llegar hasta Peñas de Faro y descender por su vía normal de descenso en invierno, pero tampoco tiene mucho sentido. Aparte, el cordal apenas tiene nieve y hemos venido a cramponear, así que tomamos la decisión de descender por el collado al que llegamos al cordal, buscando perder algo de altura y minimizar el viento.

Perdemos algo de altura hasta superar las rampas más inclinadas y tendemos hacia la derecha para llegar a las inmediaciones de Peñas de Faro, donde conectaremos con una de las rutas más clásicas de la zona de Vegarada en invierno.

Toca ladear de nuevo, así que máxima atención en zonas donde la nieve se encuentra más dura. El objetivo será otra pequeña collada, así que vamos avanzando sin perder demasiada altura hasta llegar hasta aquí. El día está bastante nublado, así que tendremos que disfrutar de la ruta caminando por otras altitudes!

Tras llegar a la pequeña collada, bonita imagen de la Portina de Faro, que asoma entre la niebla. Dejamos a nuestra derecha Peñas de Faro y conectamos con la ruta invernal más clásica para ascender hasta aquí. Es media mañana, así que nos tomaremos con calma el regreso y disfrutaremos al máximo del camino de vuelta.

Comenzamos a ver gente a lo lejos, confirmándose que estamos ante uno de los trazados más típicos. Desde la parte alta, bonita panorámica del lugar donde nace el Río Curueño, divisando una zona de meandros preciosa y un valle digno de recorrer.

Una panorámica espectacular

Vamos sorteando alguna dolina y siguiendo algunas señales de paso, principalmente huellas de raquetas. Sin perder demasiada altura hacia el valle, encontramos una gran ladera que servirá de terreno de prácticas. Toca aprovechar la mañana y practicar autodetención, maniobra esencial en montaña invernal. De culo, de cara y de espalda, uno a uno, vamos practicando y disfrutando de un buen rato!

Tras la práctica, momento para visitar las famosas cascadas del entorno de Vegarada. Rodeamos por la izquierda una zona de grandes rocas, y llegamos a la parte alta de la Cascada de Vegarada, donde somos testigos de que el agua seguirá cayendo varios metros más! Espectacular!

Parte alta de la Cascada de Vegarada

Seguimos bajando, mientras rodeamos la vertical cascada, dejándola a la derecha, y llegamos a la Cascada de Vegarada, donde tenemos una vista preciosa! Otro rato disfrutando del agua!

Cascada de Vegarada

Visitadas las cascadas, continuamos la ruta por un evidente estrechamiento, donde encontramos una poza espectacular! El estrechamiento nos ofrece una bonita imagen del Puerto de Vegarada, ya con el terreno mucho más claro. Seguimos encontrándonos con gente que inicia sus jornadas!

Poza

La nieve va desapareciendo, así que nos quitamos todo el material invernal. El resto de la ruta recorrerá el valle, rumbo al lugar en el que dejamos el coche aparcado, ya sin grandes desniveles ni dificultades. Por el camino, en lo alto de una peña, podemos distinguir el Fortín de Fontanillas!

Fortín de Fontanillas

Tras completar el recorrido de vuelta, cruzamos el arroyo y llegamos a la altura de la carretera, donde sólo nos resta seguir un poquito más hasta llegar al antiguo mesón.

Finalmente, llegamos al aparcamiento del antiguo mesón, donde damos por concluida la jornada.

Conclusión

Ruta para hacer afición. Bonito y duro estreno el de Claudia, pero en un entorno espectacular. Lástima el mal día en altura que no nos dejó disfrutar de las vistas y de las cumbres programadas. Aún así, a pesar del viento, supimos sacar provecho a la jornada, terminando con la ascensión al Pico Llastres (2.018 m) y realizando un recorrido precioso. La nieve no se encontraba en estado óptimo, pero nos dejó practicar. Grandes momentos junto a Germán y Claudia! Para repetir!

Datos técnicos

Actividad: Alpinismo
Fecha: Domingo, 2 de Febrero de 2020
Duración: 4 h 29 min
Dificultad: Fácil
Distancia: 7,98 km
Recorrido: Circular
Desnivel acumulado: 478 m
Altura mínima: 1.540 m
Altura máxima: 2.019 m
Participantes: Rubén, Germán y Claudia
Método de Información de Excursiones (MIDE):

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