Torrebarrio – Peña Ubiña (2.417 m.)
Una vez en el sendero, dejando a nuestro lado Peña Ubiña, atravesamos varias zonas de piedras y escobas y algún pequeño canchal, siempre en ascenso, hasta llegar al Collado Ronzón (1.937 m.). Esta parte de la ruta no tiene demasiado atractivo y es la parte más pesada de la misma, pero el ascenso a Peña Ubiña por la vertiente leonesa bien merece la pena.
Ya en el collado, tiempo para descansar un poco, antes de comenzar el verdadero ascenso. Cabe destacar que Peña Ubiña tiene muchas vías de acceso y que nosotros escogimos la vía más común y más fácil. Aún así, no está exenta de riesgos y es importante ir bien atento a todas las marcas e hitos que nos llevarán hasta la cima, sin pérdida. Desviarse o no seguir los hitos nos puede llevar a alguna zona complicada o que nos puede meter en un compromiso.
Comenzamos la subida en paralelo a una valla existente en el collado hasta llegar a los primeros pasos de piedra y roca. Los primeros metros de ascenso son relativamente fáciles y basta con seguir los puntos de referencia.
La segunda parte de la subida es una de las más complicadas, con varios pasos donde es necesario la utilización de las manos e ir muy antentos a cada paso que se da. En esta parte intermedia se salva el mayor desnivel de la ruta. Finaliza con una parte mucho más inestable, por la cantidad de piedras sueltas que hay por la ruta.
Al terminar la parte intermedia, llegamos a la cresta de Peña Ubiña, donde las vistas ya empiezan a ser impresionantes y donde ya sólo nos quedan unos 200 o 300 metros hasta llegar a la cima. Esta parte es una de las más bonitas de andar y apenas tiene dificultad. Seguimos avanzando por la cresta, divisando a lo lejos la cima, ya muy cerca.
Finalmente, llegamos a la cima de Peña Ubiña (2.417 m.), dónde pudimos disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece y del hermoso día que teníamos, con sol radiante y gran visibilidad. Pudimos presenciar el mar, la provincia de Asturias con la hermosa comarca de Somiedo, los Picos del Fontán, gran parte de la Montaña Central Leonesa, los Montes de León con el Pico Teleno, las comarcas de Laciana, Omaña y Babia, los valles más cercanos, la Montaña Oriental Leonesa y los Picos de Europa, predominando Torre Santa, etc. Un espectáculo para la vista y una verdadera satisfacción conseguir llegar arriba tan bien acompañados.
Después de disfrutar de la cima de Peña Ubiña, toca descender. El descenso es algo que no debemos descuidar. Toca ir despacito y con mucho cuidado. Después de la cresta, nos disponemos a descender la parte intermedia de la montaña, donde más desnivel encontramos. Con mucho cuidado y con la ayuda de las manos y los bastones, conseguimos llegar a la parte más baja, ya sin dificultad. Especial atención a las partes de terreno suelto y a algún paso un poco más aéreo, con el fin de no resbalar y tener algún percance serio. Durante el descenso también pudimos disfrutar del vuelo de varios buitres leonados, aves de gran envergadura.
Conseguimos llegar al Collado Ronzón sin demasiados problemas y comenzamos el tiempo de comida! Menuda empanada de cecina, queso azul y mermelada de pimientos que nos metimos para el cuerpo. Un manjar después de haber coronado una de las montañas más bellas de León.
Ya sólo queda descender el camino andado, desde el collado hasta el pueblo de Torrebarrio. Esta parte es, sin duda, el momento más aburrido de la jornada, ya que se trata de una senda sin demasiados alicientes, y con todo el camino recorrido, pues todo se ve con ganas de llegar… Aún así, tuvimos momentos de risas y de fotos, por lo que la vuelta también la disfrutamos todo lo que pudimos y las piernas nos dejaron.
Peña Ubiña es una de esas cimas con encanto y que nada tiene que envidiar a los Picos de Europa. Montaña caliza y de diversión asegurada. Lo más duro es el gran desnivel en tan pocos kilómetros, lo que hace que sea un trayecto en continua subida/bajada. Aún así, merece la pena conocerla! Y aún más llegar a observar gran parte de la provincia de León a tus pies. Recomendable 100%!
Tipo: Senderismo
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